Ajuca

1000 horas ahí fuera.

Permítanme comenzar diciendo que no estamos afuera durante 4-6 horas todos los días. Apuntamos durante 4-6 horas al aire libre al menos. tres o cuatro veces todas las semanas un poco más en los meses más agradables y un poco menos en los peores). La primera vez que encontré esta recomendación fue en los trabajos de Charlotte Mason, una educadora clásica de inglés que vivió a principios del siglo XX.

Originalmente pensé que su idea era completamente absurda. Actualmente está muy lejos de las actividades típicas de los niños, la mayoría de las cuales no duran más de una hora. Por invitación de un amigo, comenzamos a pasar mucho tiempo inmersivo en la naturaleza e inmediatamente mis ojos se abrieron. Los niños a quienes se les permite esta libertad de tiempo afuera se pierden en la naturaleza. Se pierden en su imaginación y se pierden en la maravilla. Y luego se desarrollan intelectualmente más rápidamente. Hay muchos factores por los cuales ocurre esto, pero la razón principal se debe al rico entorno sensorial que la naturaleza siempre proporciona.

En el libro "Balanced and Barefoot: How Unrestricted Outdoor Play Makes for Strong, Confident, and Capable Children", traducido algo así como "Dificil y descalzo: cómo el juego al aire libre sin restricciones hace que los niños sean fuertes, seguros y capaces", de Angela J. Hanscom escribe que "los niños de todas las edades deben tener al menos tres horas de juego al aire libre al día". Es comprensible que la vida familiar sea un malabarismo complicado. Pero no importa la situación en la que nos encontremos, debemos por nuestros hijos hacer todo lo posible para brindarles los componentes básicos que necesitan para un desarrollo de alto nivel. Tal vez 4-6 horas al día afuera no sea factible, pero las estadísticas actuales dicen que el niño promedio solo pasa entre 4 y 7 minutos de juego al aire libre todos los días. Esto significa que el niño promedio probablemente esté afuera durante a lo más 30 minutos o menos varias veces a la semana.

Algunos han determinado que 1000 Hours Outside es un objetivo demasiado elevado y se han ajustado un poco. Dicho esto, debemos ser conscientes de que hay recomendaciones específicas con respecto a cuánto juego libre deben tener los niños para un desarrollo óptimo. Si tres horas al día es una línea de base, corremos el riesgo de cambiar a nuestros hijos si nuestra meta son solo tres horas a la semana. Es por eso que tenemos un objetivo, para no perder este componente clave que todos los niños necesitan. Cuando a los niños se les da tiempo para estar fuera de sus cuerpos, instintivamente buscan la información sensorial que necesitan para crecer y desarrollarse.

Si los niños pueden consumir medios a través de pantallas 1200 horas al año en promedio que el tiempo está allí y al menos algo de eso puede y debe cambiarse hacia un resultado más productivo y saludable.