¿Cuántas veces ha oído alguna de estas frases: «Como porque estoy deprimido» o «Si estoy gordo me deprimo»? Pues parece que esto es un camino en ambos sentidos, en el que la biología del tejido adiposo juega un papel importante en el cerebro y viceversa.
En primer lugar, recordemos qué es la obesidad. Se trata de una enfermedad crónica manifestada por un exceso de grasa , acompañada de un estado inflamatorio. Para explicar esta inflamación primero debemos conocer a sus actores.
El tejido adiposo está formado, en primer lugar, por células llamadas adipocitos.
El tejido adiposo como órgano endocrino
Durante décadas, el tejido adiposo se había considerado como un cojín para proteger los órganos contra traumas y lesiones. También fue considerado un depósito de almacenamiento de grasa.
Pero este concepto cambió cuando, en 1994, Friedman y otros colaboradores descubrieron una molécula llamada leptina. El tejido adiposo se ocupaba de secretarla y era la responsable de la comunicación intercelular.