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Muchas afirmaciones, a base de repetirse y de tener un sustento aparentemente científico, se han consolidado como premisas indiscutibles, pero no todas lo son; un ejemplo: los hombres piensan en sexo cada seis segundos. Falso. No existe en el mundo una tecnología desarrollada que sea capaz de medir los pensamientos del ser humano, por lo que ese dato solo podría basarse en cuestionarios y los resultados varían mucho según los estudios que se tengan en cuenta.

Así lo mantiene al menos el periodista y escritor Alberto Granados en el libro "¿Es eso cierto?. Fraudes, errores, experimentos inauditos... Todas las respuestas sobre el mundo científico" Aguilar).

Granados, quien presenta en la Cadena SER los programas "Gran Vía" y "Ser curiosos", desgrana en esta obra muchas de esas leyendas, explica por qué se han extendido hasta popularizarse y por qué muchas de ellas no son ciertas.

El ser humano sólo utiliza el diez por ciento del cerebro; falso también, según Granados, quien mantiene en el libro que ya está suficientemente demostrado que casi la totalidad del cerebro permanece activa, incluso mientras el ser humano duerme.

El autor repasa también en el libro algunos de los experimentos más absurdos e inverosímiles, muchos de los cuales han ganado alguno de los nada prestigiosos premios "Ig Nobel" que patrocinan la revista satírica americana "Anales de una investigación improbable" y varias asociaciones científicas.

Revisa el autor experimentos como el de unos biólogos noruegos que estudiaron los efectos de la cerveza, el ajo y la vinagreta en el apetito de las sanguijuelas, o el de un profesor americano que suministró "Prozac" a unas almejas.

España tiene también sus propios "Ig Nobel", aunque sólo tres: uno por la invención de una lavadora automática para perros y gatos; otro por un estudio sobre la velocidad ultrasónica en el queso cheddar afectada por la temperatura; y otra por la demostración de que las ratas, "a veces", no distinguen entre el japonés y el holandés cuando las personas hablan esas lenguas al revés.

Entre las leyendas urbanas que se han extendido, pero que son falsas, el autor cita la de que la Muralla China se ve desde el espacio, que las uñas y el pelo crecen después de muertos lo que ocurre es que el cuerpo se empequeñece), que el pelo crece más fuerte después de afeitarse, o que el sentido de rotación de la tierra cambiaría si todos los chinos saltaran a la vez.

Pero otras, aparentemente más absurdas, no son leyenda y sí tienen una base científica, según Granados, y refiere en su libro algunas de ellas: que se puede morir de risa el pulso puede llegar a acelerarse tanto que la hilaridad resulta mortal); o que el bostezo se contagia como se contagian el enfado o la sonrisa).

El periodista y escritor trata de desmontar en el libro algunas leyendas urbanas que se han popularizado en el ámbito de la salud, algunas de ellas como consecuencia -a su juicio- de las campañas de publicidad de las marcas.

Cita entre ésas que hay que beber dos litros de agua al día, pero advierte también que ingerir líquido en exceso obliga al riñón a trabajar en exceso y puede llegar a provocar problemas renales.

Entre los errores y fraudes científicos más sonados, Alberto Granados relata en el libro el caso del ingeniero coreano Hwang Woo Suk y la creación de células madre que nunca existió.

Fuente: Qué.es

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