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En Hacienda alucinaron con Fernando. Su hija solo tenía 5 días de vida y su papá ya le estaba sacando el NIF para abrirle una posición en un fondo de inversión, como contaba la semana pasada en Twitter durante la versión ‘inversora’ del día del Orgullo Friki.

Fernando buscaba que su hija aprovechara cuanto antes las ventajas de la inversión a largo plazo. «Además de ser la primera piedra de su educación financiera, quería que se beneficiase de la magia del interés compuesto desde el minuto 0», comenta. ¿El interés compuesto? ¿Y eso qué es?

Además de ser la primera piedra de su educación financiera, quería que se beneficiase de la magia del interés compuesto desde el minuto 0

Aunque a los funcionarios de Hacienda les pareciera rara esta decisión, si hicieran los cálculos, probablemente dejarían de sorprenderse y correrían a imitarle, como veremos a continuación. Imaginemos que Fernando le metió a su hija nada más nacer 3.000 euros en el fondo de inversión y que, después, decidió junto con su pareja irle añadiendo cada mes 200 euros más.

¿Cómo evolucionaría el dinero de su hija?

Al hacer la Primera Comunión, alrededor de los 10 años, la cantidad en el fondo rondaría los 42.000 euros, que habrían sido solo 30.000 euros si su padre solo hubiera ahorrado en una cuenta corriente infantil ese dinero. Al llegar a la mayoría de edad, a los 18 años, la ‘niña’ acumularía ya participaciones por un valor superior a los 100.000 euros, casi el doble que si Fernando y su pareja no le hubieran invertido estos ahorros.

Imaginemos que sus padres deciden seguir poniendo los 200 euros hasta los 30 años, mientras tiene sus primeros trabajos, y que ella decide no sacar ni un euro del fondo… Al llegar a los 30 años, la inversión acumulada se acercaría ya a los 290.000 euros. Como la inflación habrá subido hasta entonces, quizá en 2047 esa cantidad le será insuficiente para comprarse un apartamento en Barcelona, pero al menos sí para pagar una buena entrada.

Y proyectemos, ya que estemos, que sigue sin tocar el dinero otros 10 años y le dice a sus padres que a partir de ese momento seguirá poniendo ella los 200 euros al mes. Pues bien, al alcanzar los 40 años superaría los 610.000 euros, de los que solo 150.000 habrían sido el ahorro que primero sus padres y luego ella habrían ido aportando a lo largo del tiempo. Los otros 460.000 euros, pura rentabilidad.

Fuente: El Confidencial.

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