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Las relaciones humanas, especialmente entre mujeres, han sido objeto de fascinación debido a la complejidad que las caracteriza. A pesar de los llamados a la sororidad en la sociedad actual, la competencia directa entre mujeres ha intrigado a la ciencia, y dos teorías psicológicas buscan arrojar luz sobre este fenómeno arraigado.

Competencia Femenina: Raíces Evolutivas y Estrategias Indirectas

Una teoría respaldada por la psicología evolutiva sugiere que la competencia entre mujeres se origina en la necesidad ancestral de protegerse contra el daño físico. Esta hipótesis plantea que las mujeres han desarrollado estrategias indirectas para ser seguidas y, al mismo tiempo, disminuir el valor percibido por otras. Aunque estas preocupaciones han perdido relevancia en el mundo moderno, la competencia entre mujeres ha evolucionado hacia formas más sutiles y comprensibles.

La investigadora Emily V. Gordon destaca que esta competencia se centra en los atributos considerados atractivos por el sexo opuesto. La rivalidad se manifiesta a través de estrategias como la autopromoción y el menosprecio al rival, donde las mujeres destacan su juventud y atractivo físico mientras menosprecian aspectos como la edad, apariencia y carácter de otras mujeres. Estudios respaldan que las mujeres más atractivas pueden enfrentar hostilidad y menos apoyo de sus congéneres, percibiéndolas como amenazas al "premio evolutivo".

La Internalización del Patriarcado: Otra Perspectiva de la Competencia Femenina

La segunda teoría, basada en la psicología feminista, argumenta que la rivalidad entre mujeres no tiene raíces biológicas, sino que surge de la internalización de patrones patriarcales. En sociedades dominadas por hombres, las mujeres adoptan una visión masculina del mundo. Según esta perspectiva, la competencia entre mujeres se desencadena porque perciben que ser apreciadas por los hombres es crucial para su fortaleza y valoración individual. Esta lucha se convierte en una búsqueda del reconocimiento masculino alimentada por la "falsa conciencia".

En resumen, cuando el valor de las mujeres se vincula a la aprobación masculina, la competencia entre ellas se intensifica. La psicóloga Emily V. Gordon resume este fenómeno: "Cuando nuestro valor está ligado a las personas que pueden fecundarnos, nos volvemos unas contra otras". Esta perspectiva destaca que la amenaza a la valía y el éxito no proviene necesariamente de otras mujeres, sino del patriarcado.

Abordando la Rivalidad Femenina para Relaciones Más Saludables

Aunque arraigada en elementos evolutivos y patrones culturales, la rivalidad femenina genera estrés e infelicidad. Cambiar este patrón requiere conciencia y reflexión. En un mundo que aboga por la igualdad, comprender estas raíces es crucial para avanzar hacia relaciones más saludables y solidarias entre todos.