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En recientes días se viralizó el video de una mujer caminando por las calles de Seattle con múltiples heridas, desconcertada, con la ropa rota, sin un zapato y gritando; la protagonista fue bautizada en redes como “mujer zombi”, por eso te explicamos si es posible la existencia de los zombis.

Los zombis son considerados muertos vivientes, una figura dentro del género del terror que ha tomado mucha notoriedad dentro de la cultura pop debido a “The Walking Dead”, “28 días después”, “Guerra Mundial Z”, “Zombieland” o “Soy Leyenda” entre muchas otras producciones.

El padre de los zombis en la cultura popular es el cineasta George A. Romero que en 1968 estrenó “La noche de los muertos vivientes” donde marcó el precedente de esta criaturas que tras morir vuelven a la vida como monstros torpes, lentos, que se están pudriendo y deambulan practicando al canibalismo.

Es posible que existan los zombis, ¿qué dice la ciencia?

A lo largo de los años se han visto muchos tipos de zombis en la pantalla que se originan de formas distintas, ya sea por causas sobrenaturales o por enfermedades causadas por letales y contagiosos virus, sin embargo, todos tienen algo en común: son muertos que han vuelto a la vida.

La paradoja de los “muertos vivientes” es imposible desde un punto de vista biológico, porque al momento de morir todas las células del cuerpo también mueren lo que implica que ninguna función corporal sería posible.

Al morir se detiene el metabolismo celular y se pierde la capacidad de conseguir energía y consumirla lo que hace imposible que un muerto viviente pueda desplazarse porque sus huesos, que están formados por células, se hacen quebradizos, su columna vertebral colapsaría y cualquier golpe provocaría una rotura total.

Las células oculares y las del sistema nervioso también mueren, por lo que no habría ninguna manera de captar estímulos visuales, por lo que los zombis estarían privados de todo sentido; y que decir de la falta de un sistema inmunológico que los haría susceptibles a cualquier virus bacteria u hongo.

Asimismo, la resurrección es algo imposible dentro de la naturaleza, no existe, ni podría existir un virus o patógeno capaz de hacer que la células muertas cobren vida de nuevo, porque cuando se produce la muerte celular, no hay vuelta atrás.

La existencia de zombis no muertos

Si se toma como definición de zombi un ser que muere y por alguna circunstancia vuelve a la vida es algo imposible, sin embargo, si se define como una criatura viva pero que algo lo convierte en un ser “inhumano” que no controla sus actos y practica el canibalismo podría ser posible.

Los “zombis” de la naturaleza

En Tailandia existe una especie hormiga que es considerada como el “zombi de la naturaleza” ya que son atacadas por un hongo (Ophiocordyceps) que secuestra su sistema nervioso y las lleva a comportarse de forma anormal.

El hongo llega en forma de espora a las hormigas donde se reproduce y llena lentamente el cuerpo y la cabeza del insecto, lo que provoca que los músculos se consuman y que las fibras musculares se separen.

Las “hormigas zombis” deambulan sin dirección y sufren convulsiones que provocan que estos animales caigan de sus árboles, en el piso el hongo les ordena que se aferren a una hoja lo que genera un ambiente estable alrededor de la hormiga para que el hongo crezca.

Los “zombis” de Haití

Antopólogos han documentado casos en Haití de “zombis” reales, que son personas que fueron envenenadas para simular su muerte y cuando “regresan a la vida” son usados como esclavos.

El antrópologo y médico forense francés, Philippe Charlier, investigó el fenómeno y descubrió que estos zombis son creados por una especie de brujos llamados “bokor” que hacen la “zombificacióna” mediante el uso de distintas drogas.

Primero usan la tetrodotoxina, una substancia neurotóxica que bloquea muchas terminaciones nerviosas y que produce un estado de aparente muerte de la víctima.

Después de sepultar a las víctimas, regresan por ellos al cementerio y les administran otras drogas que les impide conservar su libre albedrío como benzodiacepinas o barbitúricos; también los privan de sal lo que produce un edema en el cerebro y bastantes desórdenes que amplifican la pérdida de del pensamiento libre.

Estos “zombis” trabajan en campos de caña de azúcar, fábricas, o sirven para cuidar enfermos o niños en la casa de los bokors.

Así que la idea de “zombis no muertos” no es tan inverosímil si se habla de un hongo o parásito que pueda afectar la conducta de un ser humano como le pasa a las hormigas en Tailandia, mientras que un muerto que vuelva a la vida para sembrar el terror es algo completamente imposible.

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